La imaginación es como un globo que se hincha. Cuanto más lleno de aire está, más bonito nos parece y resulta más ligero y se eleva más alto. Pero lo que realmente nos entusiasma, nos sorprende, nos sobrecoge, nos paraliza y nos satisface de un globo, es cuando lo inflamos mucho, mucho, mucho: hasta que revienta.
A la observación le pasa algo parecido, sólo que no es aire lo que la llena.
Creo haberte encontrado ;-) Te añado a mis favoritos ya mismo... imagino que eres tú, tengo mala memoria para los nombres, pero me suena Lo que no cuentas...
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