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lunes, 30 de marzo de 2015

Reubicación de los viajeros

A mi me pedían que escribiera, que contara lo que había ocurrido, más bien lo que yo había visto o lo que yo creía que había ocurrido. Digamos que era usted un cronista, entonces. Sí, claro, un cronista. Bien, bien. Sí, sí. Y ¿disfrutaba usted mucho con su trabajo? Mucho, mucho. Excelente, espero que pueda usted disfrutar ahora de su nuevo empleo. Y dígame ¿cuál es? Sí, verá, en este siglo ya no existe la labor que usted desempeñaba en su época, ahora usted tendrá que copiar. ¿Copiar? Sí, copiar. No entiendo. Bien, usted acudirá a los debates, a las ruedas de prensa o allá a donde creamos que debe acudir y copiará. Entonces ya no seré periodista, seré transcriptor. Bueno, no, en este siglo aun hablamos de periodistas, usted será periodista, como en su época, pero diferente. Vaya, copiar, ¿esto es algo así como la censura? No, no, la censura es más vieja que usted, ya no existe la censura, qué gracia, hacía tiempo que no oía esa palabra, más bien tiene que ver con la evolución, un nuevo periodismo, algo parecido a lo que hizo García Márquez, pero diferente, creo que lo describen así. Ah. 

Sí, mire, tendrá que aprender a manejar algunos aparatos, tecnología, ya sabe, y aprender unos conceptos, ¿habla usted inglés, verdad? Francés, soy más de francés, pero me defiendo con la lengua anglosajona. Bien, fabuloso. 


Perdone que vuelva atrás, y si me preguntan ¿debo presentarme como periodista o como transcriptor? Sí, veamos, espere un momento, ya ve qué desastre de mesa, tanto papeleo...sí, aquí, mire, usted será becario, si le preguntan, diga que es becario. Ah. Eso es, becario, bien, por ahora no hay mucho más que añadir, ¿está todo claro? Sí, creo. 


Bien, si tiene cualquier pregunta o comentario que hacer, dígame por favor, no se quede con dudas. Sí, bueno, verá, es que a mí copiar es una cosa que no me va, creo que no lo voy a hacer bien y a mí me gusta hacer bien mi trabajo, ¿no tendrán otra cosa? Vaya, lo siento, pensé que era lo que más se adecuaba a su currículo, pensé que se alegraría. Claro, y se lo agradezco, pero no, no es exactamente lo que me gustaría. Bien, claro, mire, la otra opción que casaría con su vida pasada es la de director del periódico, pero esa no la quiere nadie; para ser sinceros ni siquiera yo sé la recomiendo, estoy esperando a que llegue algún viajero que se lo merezca y entonces lo colocaré allí, pero usted me ha caído bien, parece buena persona. Caramba, muchas gracias, tiene que ser un puesto terrible, me lo imagino. Sí, mucha presión, mejor que no sepa. Ya veo, y ¿otra cosa? 

El funcionario empieza a remover los folios que hay sobre su mesa. Carraspea, se detiene y mira a los ojos de su interlocutor. 

Sí, hay algo, tal vez quiera usted ser el presidente de la asociación... Déjelo, señor, he oído hablar de las presidencias mientras aguardaba en la sala de espera y parece que no han cambiado mucho desde mis tiempos y no es que yo fuera nadie, pero sí tuve una reputación que me gustaría mantener, nunca se sabe quién va a ser el siguiente en viajar y podrían descubrirme. Entiendo perfectamente sus reticencias, créame. Mire, muchas gracias por todo, pero mejor explíqueme cómo funcionan los aparatos esos que decía, me apañaré como becario.


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